Durante el interrogatorio el oficial de ocupación israelí admite que debido a la escasez de electricidad en Gaza las bombas de las plantas de tratamiento de aguas no trabajan a pleno rendimiento. La abogada que representa al propietario del Zaytouna-Oliva utilizó a fondo esta oportunidad para centrar la atención en los efectos del bloqueo.
El 12 de noviembre, en una sala de juzgado de Haifa, el director de la unidad de coordinación del departamento de economía de Gaza, señor Tzidki Maman, fue interrogado por Gaby Lasky, la abogada representante del propietario del barco de Mujeres Rumbo a Gaza.
Ella le preguntó si la lista de elementos permitidos (de uso-dual) se había puesto al día después de la última reconciliación entre Hamas y Fatah. Él contestó que la última puesta al día databa de diciembre 2015, dejando ver que los cambios políticos no afectan a la política del bloqueo – demostrándose así que el bloqueo no es una medida de seguridad.
Lasky preguntó a continuación acerca de la electricidad que Israel suministra a Gaza. El representante de las Fuerzas de Ocupación Israelíes (IOF) confirmó que Israel estaba suministrando en la actualidad solo el 60% del suministro habitual. Admitió estar en conocimiento de que ello obligaba al uso de generadores especialmente en los sectores de salud y suministro de aguas. Según él la unidad de coordinación no restringe el suministro de combustible, ya que se están procesando y admitiendo todas las solicitudes provenientes del sector privado para transferir fuel a través de Kerem Shalom/Karem Abu Salim. Cuando se le interrogó acerca de los efectos de la escasez de electricidad en el suministro de agua, admitió que se permite que entre más agua ahora que antes, y cuando se le confrontó con el hecho de que esto es debido a la dificultad de bombear agua por la escasez de electricidad él negó conocer este hecho. Según él no hay escasez de agua potable en Gaza. Admitió que debido a la falta de electricidad las plantas de tratamiento de aguas residuales no estaban trabajando a pleno rendimiento.
Interrogado acerca de la construcción de viviendas en Gaza, contestó que las 90.000 unidades necesarias era un número correcto hace dos o tres años. Cuando se le comunicó que más del 60% de la reconstrucción está todavía pendiente de realizarse él contestó que no está al corriente de esas estadísticas. Cuando Lasky lo interrogó acerca de la razón por la que las exportaciones desde Gaza son de aproximadamente 2.500 camiones por año –cifra muy inferior a la capacidad de exportación de Gaza- él contestó que no existe un límite de cantidad, sino solo temas de autorización por razones de seguridad. Alegó asimismo que los productores de Gaza pueden exportar a través de Israel (Kerem Shalom/Karem Abu Salim y el puerto de Ashdod) y que tradicionalmente la exportación se dirigía principalmente al resto de la Palestina histórica y Africa a través de Egipto.
Cuando se le interrogó acerca de los índices de desempleo en Gaza, el representante de las IOF admitió que era de un 44%. Dijo que hay cinco mil pescadores en activo en Gaza.
Al preguntarle por los doscientos barcos de pesca confiscados por Israel en los últimos dos años, dijo que le parecía una cifra exagerada. Las razones de la confiscación, según él, fueron que los pescadores excedían los límites de la zona de pesca permitida o se resistían a la armada israelí. Declaró que la zona de pesca permitida es de 6 millas náuticas en el norte y 9 en el sur de la Franja, y se negó a aceptar que esto fuera más restrictivo que el bloqueo naval. Cuando se le interrogó acerca de la reducción de las zonas de pesca, alegó que existían problemas ecológicos que también afectaban a Israel y Egipto. Al preguntarle si se les permitía la entrada en Gaza a ingenieros palestinos o de otras nacionalidades para tratar el problema de la contaminación marina, él contestó que no estaba al corriente de que hubieran existido solicitudes en ese sentido.
Preguntado acerca de si aprobaría una solicitud para la exploración de recursos naturales en el mar fuera de la costa de Gaza (como petróleo o gas), él dijo que no tenía autoridad para ello y que no sabía a quien correspondería esa autoridad. Admitió que sin el permiso israelí esto sería probablemente imposible.
Al preguntarle acerca de las piscifactorías en el mar de Gaza, dijo no saber que clase de permiso es necesario, pero también admitió que él estaba inmerso en un proceso para construir piscifactorías en el mar de Gaza en cooperación con la Food and Agricultural Organization (FAO). Con respecto a las preocupaciones por la ecología, observó que estas factorías se han cerrado en el Mar Rojo pero aún siguen en actividad las del Mediterráneo.
Cuando se le preguntó acerca de las condiciones de salubridad en Gaza, contestó que el no tenía conocimiento de ningún problema específico. No conocía la importancia del reciclaje en Gaza, aunque sí sabía que existía alguna reutilización del escombro procedente de la destrucción de edificios. Dijo que no le constaba que existiese actualmente una prohibición de importar a Gaza una lista de productos de alimentación.
En cuanto a la obligatoriedad de solicitar permiso para poder salir de Gaza, él admitió que las solicitudes para salir por razones comerciales requieren un aviso previo de 70 días, mientras que por motivos humanitarios o de salud se requiere menos tiempo. Admitió asimismo que ahora se conceden menos permisos para salir, pero negó que ello fuese debido a que exista una política en tal sentido. Alegó que la reducción en el número de permisos era debida a razones de seguridad, y que ello no afectaba a la situación general en Gaza.
Negó tener conocimiento de que existiese una negativa a permitir la entrada en Gaza de personal de la Organización Mundial de la Salud. Admitió que en Gaza existe una considerable actividad de organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, y que la razón de que se necesiten es contribuir a paliar las dificultades del sector poblacional más necesitado, especialmente en temas de salud y suministro de alimentos.
La Coalición de la Flotilla de la Libertad continúa utilizando estas vistas judiciales no solo para impugnar el secuestro del Zaytouna-Oliva sino también para poner de relieve el tema de los barcos de pesca gazatíes que siguen siendo confiscados de modo habitual por la fuerza naval israelí y retenidos en Israel, negándole de este modo a los pescadores palestinos el derecho a ganarse la vida.
La próxima vista para declaración de testigos en el caso de confiscación del Zaytouna-Oliva en el tribunal del mar está programada para el 30 de enero.